martes, 1 de mayo de 2018

La forma del agua


¡Hola!
¿Qué tal todo? Espero que bien, hora que sí parece ya que llega el buen tiempo; hoy me paso por aquí brevemente para contaros mi humilde opinión sobre una de las últimas películas que pude ver y que, rompiendo la tónica en mí, vi ‘poco’ después de su estreno; me refiero a La forma del agua, de Guillermo del Toro.





En un inquietante laboratorio de alta seguridad, durante la Guerra Fría, se produce una conexión insólita entre dos mundos aparentemente alejados. La vida de la solitaria Elisa, que trabaja como limpiadora en el laboratorio, cambia por completo cuando descubre un experimento clasificado como secreto: un hombre anfibio que se encuentra ahí recluido.







Desde que supe de la existencia de esta historia sabía que la iba a querer ver, así que en cuanto tuve oportunidad para ello, allá que me la puse. Al contrario de lo que sucede últimamente, a esta película empecé haciéndole todo el caso del mundo, es decir, no trabajaba mientras la veía; ¿cuál fue el problema? Que poco después de empezarla me puse ya a hacer cosas, porque me aburría.

La película dura 2 horas y pico y hasta pasada la mitad no consiguió captar mi atención lo más mínimo; de hecho la fui parando y fui haciendo otras cosas mientras, porque hasta me daba modorra. Creo que esperaba otra cosa, aunque no tenía expectativas de ningún tipo, ya que ni el tráiler quise ver. El caso es que sólo me enganchó, por así decirlo, el tramo final de la película, los últimos 40 minutos, aproximadamente y cuando me quise dar cuenta estábamos más que en el final, final que sucede en dos escenas cortas.

Obviamente es el final esperado; solo había dos opciones, que acabase mal o bien, pero vivimos en una época en la que este tipo de historias acaban siempre bien, no sé si por comodidad o por querer caer bien al público. Pero una cosa está clara, señores cineastas, los finales malos también existen.

Los personajes son normalillos, no hay ninguno con el que te encariñes, al que le cojas aprecio o al que eches de menos; para nada. La protagonista no me convenció nada y me parecía que podía tener taaaanto que dar de sí… Una pena; el protagonista, el anfibio, ya lo tenemos visto en otras películas de del Toro (El laberinto del Fauno o Hellboy), además de que el actor que le da vida es el actor fetiche del director para estas ocasiones. Los demás personajes cumplen su papel de secundarios, pero nada más, ni siquiera te aprendes sus nombres, no merece la pena.

Dicho esto, en líneas generales la película merece la pena para ver una tarde de domingo en casa, pero no para tener el Oscar a mejor película, en mi opinión, aunque es cierto que no vi las otras que pujaban en esta categoría. Aun así, Guillermo del Toro no nos trae nada nuevo.

¿Qué opinión os merece esta película? ¿Consideráis que está sobrevalorada o es para tanto como dicen?


Hasta la próxima entrada  J

2 comentarios:

  1. ¡Hola! Pues no sé si la veré porque si no es para tanto, ya no es que me llamara en exceso y la vería más que nada por las buenas críticas. Un besote :)

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  2. Hemos cisto películas diferentes. Me parece una obra maestra y la que más merecía el oscar (yo sí vi el resto de candidatas) ;-) Un abrazo!

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