lunes, 21 de diciembre de 2015

El Caballero de los Siete Reinos.

Hola!!
¿Qué tal todo? Espero que bien, y más en estas fechas que se acercan, que todo son nervios y recados por hacer. Pues hoy os traigo la reseña de mi última lectura, a ver qué os parece; se trata de El caballero de los Siete Reinos, de George R. R. Martin.

Muchas son las historias que se cuentan sobre Aegon V el Improbable y ser Duncan el Alto, su leal comandante de la Guardia Real. Pero la magia y la épica de la leyenda esconden la verdadera naturaleza de los héroes: la determinación de un huérfano del Lecho de Pulgas que llegó a caballero, el arrojo de un príncipe que cambió la corte por los caminos y una amistad inquebrantable capaz de vencer intrigas, traiciones... y revueltas. Durante los reinados de Daeron II y Aerys I, cuando las heridas de la rebelión de los Fuegoscuro todavía estaban abiertas, tienen lugar las primeras aventuras de un caballero fornido y bonachón y de su escudero, un infante real, fiel y de fuerte temperamento. A medio camino entre la fantasía heroica y la novela de caballerías, El caballero de los Siete Reinos narra las peripecias de dos héroes bondadosos en una tierra despiadada. Con tono ligero y un desarrollo ejemplar, El caballero de los Siete Reinos retoma algunos de los temas centrales de Canción de hielo y fuego, como la lealtad, la justicia y la reflexión sobre el poder, pero desde la perspectiva cotidiana de la gente común y de su incidencia en escenarios desprovistos de fasto y oropel. El autor crea dos de sus personajes más entrañables y nos presenta una época mítica y terrible, cuyos conflictos dejarán impronta en la historia de los Siete Reinos y acarrearán consecuencias en los hechos narrados a partir de Juego de tronos. 


Pues bien, como veis, la sinopsis ya nos adelanta que nos vamos a mover en las tierras de Poniente, en el mundo de Canción de Hielo y Fuego, aunque ya os aviso que notaremos algunas diferencias.

La primera ya, es la estructura de la novela, puesto que son tres historias que nos narran las aventuras del joven caballero errante Duncan y su escudero, Egg; no hay capítulos como tal, no hay personajes que nos vayan contando los hechos, pero sí existe continuidad con el estilo de Canción, las descripciones son iguales, el tipo de narrativa también, aunque da la sensación de que estemos leyendo al hermano menor de la archiconocida obra de Martin.

Me explico en esto último: muchas veces cuando leemos distintas obras de un mismo autor, inconscientemente, las comparamos, y este caso no iba a ser una excepción. Pues bien, en esa comparación, se nota que esta novela está como a un nivel algo menor que Canción, en el sentido de que no hay tanta epicidad como en la saga, algo, por otra parte, totalmente comprensible, ya que esta obra surgió como un recopilatorio de tres pequeñas historias.

Aún así es sublime sumergirse en un tiempo pasado de Poniente: los Targaryen tienen el Trono de Hierro, hace nada había dragones surcando los cielos, las conspiraciones siguen a la orden del día y los caballeros errantes buscan la gloria en las justas. Es muy interesante conocer otros días de Poniente y más si sois fans de la casa del blasón del dragón tricéfalo.

Es una obra que se lee rápido y que, aunque a veces arranque lento enseguida engancha y te hace querer saber más sobre Dunk y el joven Egg. Así que, novela totalmente recomendable si os gusta el mundo de Canción de Hielo y Fuego porque la vais a disfrutar.

Os animáis a leerla? O ya lo hicisteis?


Hasta la próxima entrada  J



jueves, 3 de diciembre de 2015

El club de la lucha.

Hola!!

¿Qué tal va todo? Hoy os traigo otra opinión sobre una película, considerada ya un clásico que todo el mundo debería ver (sí, llego tarde también, pero lo importante es llegar, no?). En esta ocasión se trata de El club de la lucha, de David Fincher (1999).



Un joven hastiado de su gris y monótona vida lucha contra el insomnio. En un viaje en avión conoce a un carismático vendedor de jabón que sostiene una teoría muy particular: el perfeccionismo es cosa de gentes débiles; sólo la autodestrucción hace que la vida merezca la pena. Ambos deciden entonces fundar un club secreto de lucha, donde poder descargar sus frustraciones y su ira, que tendrá un éxito arrollador. 



Lo cierto es que nunca me llamó la atención especialmente esta película, pero después de que me insistieran mucho, al final acabé viéndola y diré, así ya de entrada, que no me disgusta haberla visto.

Para muchos es una gran película, un clásico perteneciente ya al cine de culto; no os diré que no es buen, de hecho me pareció muy buena, muy muy bien hecha, pero, personalmente, no me pareció la mejor película del mundo, pero tampoco una pérdida de tiempo. Dura ‘bastante’, pero en ningún momento se hace pesada o aburrida, quizás algo lenta al principio, pero rapidamente coge ritmo y cuando te das cuenta se está acabando.

Los actores hacen un papelón, mirad que no soy fan de Brad Pitt, pero hasta me gustó en esta película; Helena Bonham Carter ya apuntaba maneras y la transformación de Edward Norton es genial. Hasta el nuevo Joker, Jared Leto, tiene un pequeño papel. Pues eso, que lo bordan todos, te crees todo el culto que le tienen al club y la progresión de la historia es cabal, es lógica, sin grandes saltos. La banda sonora también es digna de mencionarse, pues acompaña perfectamente la historia, lo cual es muy importante, que la acompañe, no que la tape o desluzca.

Así que ciertamente el conjunto de la película es genial, no lo voy a negar, pero no fue una historia que me enganchase especialmente, aunque la parte psicológica sí me gustó mucho; creo que fue porque la gente me hablara maravillas de ella subiendo, inconscientemente, mis expectativas, por lo que igual era muy difícil llegar a ellas. Aún así, como dije, no me arrepiento para nada de haberla visto, por lo que os animo a hacerlo si, como yo, llegáis tarde…



Hasta la próxima entrada   ;)