¡Hola!
¿Qué
tal todo? Espero que bien, con este frío invernal que acompaña el inicio del año… Hoy os traigo mi humilde
opinión sobre una de mis últimas lecturas que llegó a mí gracias a su portada,
que me llamó poderosamente la atención; se trata de Se prohíbe mantener afectos desmedidos en la puerta de la pensión, de Mamen Sánchez.
Se trata de una novela coral, pero protagonizada por una
mujer que no tiene más remedio que:
a) Reconstruirse casi desde cero después de un divorcio
demoledor.
b) Reformar la casa de sus abuelos, un chalecito en
bastante mal estado en la ribera del Manzanares.
c) Buscar huéspedes, no porque necesite el dinero, que
también, sino, sobre todo, porque es la mejor manera que se le ocurre para
evitar tener que vivir sola.
Pero como a pesar de todo es una mujer sensata, decide
imponerse e imponer unas reglas que, partiendo de la amarga experiencia,
faciliten la convivencia. Por ejemplo:
• SE PROHÍBE AFLIGIRSE POR CAUSAS AJENAS AL SENTIDO
COMÚN.
• SE PROHÍBE MOSTRAR COMPASIÓN HACIA QUIEN NO LA
DESEA.
El que ella y sus huéspedes sean capaces o tengan ganas
de cumplirlas ya será otro cantar...
Esta
novela llegó a mis manos porque, como os dije, me llamó la atención su portada;
poco a poco fui devorando sus páginas, sus capítulos y, lo que empezó como curiosidad
acabó en un par de semanas de leer la historia dela pensión más bonita del
mundo.
La
protagonista, Cecilia, tiene la vitalidad de una jovenzuela, la ilusión y las
ganas de salir adelante que a mucha gente le falta, y es que falta le hacen
para poder enderezar su vida, recién salida de un duro divorcio. Al empezar a
leer la novela, pensé que su historia no me iba a enganchar, pero todo el tema
de las otras chicas viviendo en la pensión le da un toque especial, muy bonito
en el fondo; la vida de cada una de ellas, que parece idílica a los ojos de las
demás, pero que, realmente, sufren como cualquier mortal.
Las
historias de amor que se nos presentar tienen una evolución lógica, previsible
desde el primer momento, aunque no por ello malas, ya que la autora nos va
dando una de cal y otra de arena, excepto, para mí, en el caso de Noelia y
Justice (aunque estos dos tienen su propia epopeya).
Lo
cierto es que poco a poco se va haciendo más interesante toda la historia que
rodea la pensión, los entresijos de las vidas, sobre todo de dos de ellas, cuyo
desenlace es el esperado, pero no por ello menos bonito y lleno de cariño.
En
resumen, una novela muy recomendable para cambiar de tercio lector que, de vez
en cuando, viene muy bien; una historia sencilla de leer, bonita, que te deja
un buen sabor de boca.
¿Leísteis
ya alguna otra historia de Mamen Sánchez? ¿Qué opinión os merece?
Hasta
la próxima entrada J
No hay comentarios:
Publicar un comentario