Hola!
¿Qué tal todo? Espero que bien, ahora que viene el
otoño. Pues hoy, después de un tiempo, os traigo mi reseña, mi opinión sobre la
segunda novela, la primera la tenéis aquí, que leo de Domingo Villar: A praia
dos afogados (La playa de los ahogados).
Una mañana, el
cadáver de un marinero es arrastrado por la marea hasta la orilla de una playa
gallega. Si no tuviese las manos atadas, Justo Castelo sería otro de los hijos
del mar que encontró su tumba entre las aguas mientras faenaba. Sin testigos ni
rastro de la embarcación del fallecido, el lacónico inspector Leo Caldas se
sumerge en el ambiente marinero del pueblo, tratando de esclarecer el crimen
entre hombres y mujeres que se resisten a desvelar sus sospechas y que, cuando
se deciden a hablar, apuntan en una dirección demasiado insólita. Un asunto
brumoso para Caldas, que atraviesa días difíciles: el único hermano de su padre
está gravemente enfermo y su colaboración radiofónica en Onda Vigo se está
volviendo insoportable. Tampoco facilita las cosas el carácter impulsivo de
Rafael Estévez, su ayudante aragonés, que no acaba de adaptarse a la forma de
ser del inspector.
En esta nueva entrega volvemos a investigar una
muerte de la mano del inspector Leo Caldas y su ayudante Rafael Estévez; en
esta ocasión nos trasladamos hasta el puerto de Panxón, villa marinera próxima
a la ciudad de Vigo.
El estilo narrativo se vuelve a repetir, seguimos los
pasos del inspector con la calidad que descubrimos en la primera novela; los
personajes conocidos hacen su aparición a lo largo de todo el libro manteniendo
sus personalidades y dejándonos ver cómo funciona este mundo de investigación.
Rafael Estévez sigue haciendo de las suyas y Leo Caldas sigue salvándolo de los
potenciales líos en los que puede meterse.
En esta ocasión investigamos un posible suicidio,
recorremos las calles de Panxón, las calles de Vigo, conocemos más geografía
gallega y el estilo de vida marinero que aún pervive en ciertas zonas (véanse
los momentos de la lonja de Panxón). Leo Caldas se enfrenta a un caso más
complicado, más enrevesado, llegando a estar en callejones sin salida y
nosotros con él; el autor consigue transmitirnos esa desesperación, esa
incertidumbre de no saber cómo ni por dónde continuar la investigación.
Al igual que la novela anterior, esta también la leí
en gallego, lengua original de la historia y como sucediera anteriormente,
aprendí un montón de palabras, palabras que encabezan los capítulos y que luego
aparecen en ellos, muy bien disimuladas.
Realmente os recomiendo estas dos novelas, más ahora
que está ‘a punto’ de salir la tercera; se pueden leer de forma independiente,
los casos no tienen relación entre ellos, pero sí algunos detalles de los
propios personajes, aunque no es estrictamente necesario leerlas en orden.
Animaros, no os van a decepcionar.
Hasta la próxima entrada ;)
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