viernes, 30 de enero de 2015

Siempre te encontraré.

Hola!!

¿Qué tal? Hoy por fin os traigo la última entrega, yo creo que por ahora, de la 'trilogía' de las Guerreras Maxwell, Siempre te encontraré de Megan Maxwell. Sin más presentaciones, vamos a ello.


El laird Kieran O’Hara y sus guerreros son atacados por unos villanos mientras pernoctan en el bosque cercano al castillo de Caerlaveroch, pero una misteriosa banda de encapuchados, liderados por una mujer a la que los aldeanos llaman «Hada», consigue salvarlos. Angela es la menor de las hijas del laird Kubrat Ferguson. Todo el mundo cree que es una muchacha débil, temerosa de los caballos y que tiembla ante el acero. Cuando Kieran la conoce, la actitud tímida de la joven, su torpeza y su sentido del pudor ante su caballerosidad y galantería llaman su atención, sin saber que aquélla es la encapuchada la que anda buscando. Juntos conseguirán desenmascarar al codicioso cuñado de Angela, Cedric Steward, quien ha tramado un plan terrible que cambiará para siempre el futuro de los habitantes del castillo de Caerlaveroch.



Por fin llegamos a la historia del laird Kieran O'Hara. El caso es que este pasa cierto tiempo en el castillo del laird Ferguson y allí conoce a su hija pequeña, Angela, una jovencita llorona que se queja por todo, y conoce en el bosque a 'Hada', una mujer valiente que no le teme a nada. Esta segunda le atrae como ninguna otra mujer, pero en el fondo, la hija del anfitrión tampoco le disgusta; en estas andamos cuando, después de ciertas situaciones, Kieran se desposa con Angela mediante un handfasting, como ya hicieran Declan y Megan en el primer libro (una unión de un año y un día). Más tarde debe acompañar a la hija mediana a la abadía en la que vive y cuando regresan algo terrible sucede en Caerlaveroch y se van del lugar.

Todo parece normal, si no fuera por la tónica de la autora de mostrarnos a hombres apuestos con mucho carácter y a mujeres que no entran en los estándar de la época, con más carácter que ellos. Que nadie me malinterprete, está bien esto, me parece genial, si no fuera porque a veces me sacan de quicio todos ellos, juntos y por separado; hay momentos en los que me los imagino como niños pataleando, de verdad...

La parte final de la historia fue más de lo que pude soportar, cuando veo que aparece Megan en acción para ser ella quien desencadene los acontecimientos que llevan a los protagonistas a perdonarse y acabar a bien. ¿Otra vez esta mujer es la salvadora de la historia? Pues sí, señores y señoras, otra vez...

Con este libro tuve una sensación parecida que con el segundo, que era el hermano pequeño del primero y eso le resta, a mi parecer, fuerza e importancia, así como independencia, y eso que este vive más separado del primero que el de Niall, al no ser ninguno familia, sólo amigos.

Lo cierto es que no hay mucho que decir, se me hizo algo repetitivo (leí los tres seguidos) y eso sí, algo eterno... Yo pasaba las páginas pero aquello no avanzaba, la verdad es que cuando lo acabé lo celebré, pero es que uff... Y por el final, intuyo que habrá un cuarto libro, pero lo siento, con este me bajo del tren de las Guerreras, y de Megan Maxwell durante un tiempo.

Y vosotras, ¿leísteis las aventuras de Kieran y Angela?



Hasta la próxima entrada ;)

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