Divergente.

Hola!!

¿Qué tal? Hoy os traigo la reseña sobre la primera parte de una trilogía que está pegando fuerte y que estrenó este mismo año su primera película. Os hablo de Divergente, de Veronica Roth.

En el Chicago distópico de Beatrice Prior, la sociedad está dividida en cinco facciones, cada una de ellas dedicada a cultivar una virtud concreta: Verdad (los sinceros), Abnegación (los altruistas), Osadía (los valientes), Cordialidad (los pacíficos) y Erudición (los inteligentes). En una ceremonia anual, todos los chicos de dieciséis años deben decidir a que facción dedicarán el resto de sus vidas. Beatrice tiene que elegir entre quedarse con su familia... y ser quien realmente es, no puede tener ambas cosas. Así que toma una decisión que sorprenderá a todo el mundo, incluida ella. 

Durante el competitivo proceso de iniciación posterior, Beatrice decide pasar a llamarse Tris e intenta averiguar quiénes son sus verdaderos amigos, y dónde encaja en su vida, enamorarse de un chico que unas veces resulta fascinante y otras veces la exaspera. Sin embargo, Tris también tiene un secreto, un secreto que no ha contado a nadie, para no poner su vida en peligro. Cuando descubre un conflicto que amenaza con desbaratar, en apariencia, la perfecta sociedad en la que vive, también averigua que su secreto, podría ser la clave para salvar a los que ama o... para acabar muerta.

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Realmente primero vi la película, una noche en casa, y lo cierto es que, como os dije en la entrada en que os presentaba este libro porque lo acababa de comprar, me picó la curiosidad lo suficiente como para ir a la librería y traérmelos a casa (aunque me falta aún el tercero). El caso es que leer algo que ya vi me resultó muy raro, porque además los hechos que suceden son casi los mismos, pero algunos varían de orden y a veces me descolocaba.

Aún así, tengo que decir que mil veces mejor el libro que la película, pero que esta es buena, buena adaptación y buen ritmo… Pero vamos al tema en cuestión: Tris en el libro tiene dieciséis años y Cuatro dieciocho, me llama la atención porque no actúan como la edad que tienen, pero hay que tener en cuenta también que la sociedad en la que viven es de traca… Esto fue de lo que más me chocó, pero bueno, en su contexto, tiene sentido.

El ritmo de la narración es ágil, se lee de maravilla y no se hace pesado, pese a saber lo que iba a pasar, al menos en mi caso. Aún así, a ratos sí notaba que es un libro juvenil; no sabría decir exactamente en qué, pero sí lo notaba, aunque me dio igual y me acabé el libro en tres días (el segundo va por el mismo camino).

En general está muy bien la historia, me parece muy interesante esa fragmentación de la sociedad que plantean y los consiguientes problemas que esto mismo pueda acarrear (y acarrea). Ahora sí, tampoco nos olvidemos de que estamos ante literatura juvenil, no hay que venir buscando grandes dosis de filosofía ni mucho menos, pero no es tampoco un producto más…

Y vosotras, ¿os animáis a conocer este nuevo Chicago?

Hasta la próxima entrada   ;)