¡Hola!
¿Qué
tal todo? Espero que bien, con ganas de este nuevo año; hoy me paso por aquí
para contaros mi humilde opinión sobre una de las últimas lecturas que acabé,
se trata de una novela de Mónica Gutiérrez, a quien conocí gracias a La librería del señor Livingstone, que
me enamoró; en esta ocasión se trata de El noviembre de Kate.
Kate vive en un edificio antiguo como su propia
tristeza y hace tanto tiempo que se ha dejado llevar por la rutina que ya no
recuerda el sentido de los pequeños detalles, la aventura escondida en las
sorprendentes pistas cotidianas. Un extraño jardín y una emisora de radio
colgada del cielo en una buhardilla de madera constituyen su refugio para ese
otoño. Y, sin embargo, aunque en la pequeña ciudad de Coleridge todos ignoren
las advertencias de un excéntrico meteorólogo, el tiempo está a punto de
cambiar el noviembre de Kate de la mano de un hombre bueno con planes de
venganza, un sábado de tortitas y la risa de los argonautas.
Lo cierto es que no sabía qué
esperar de esta historia, leí la sinopsis y supe que, como mínimo, me iba a
gustar, así que me lancé a ello. Reconozco que esperaba otra cosa a medida que
iba leyendo y creo que, el hecho de no acabar enganchando de todo con Don, el
protagonista, no ayudó a aclarar mi desconcierto. Pese a ello, es imposible no
caer rendidos ante Kate, quien me parece un amor.
La historia es simple y gira,
principalmente, en torno a las vidas de Kate y de Don, pero quiero destacar
que, para mí, esa tormenta que se anuncia sobre la pequeña ciudad de Coleridge,
es todo un personaje, pues es el detonante de ciertas cosas, ciertas actitudes
de algunos personajes.
Me parece que la novela tiene un
estilo fluido, vamos conociendo todos los hechos de la mano de ambos
personajes, con algunos capítulos divertidos, otros más serios y otros más
románticos, pero todos ellos con un toque fresco y ameno que hace que pasar las
páginas de esta historia sea placentero y rápido, pero no en el mal sentido, al
contrario; de vez en cuando se agradece una lectura así, más liviana que te
haga, simplemente, disfrutar.
La única pega que le pongo, pero
es a nivel muy personal, es que no llegué a cuajar con Don, como dije, para mí
le faltó algo más de garra; pero ya os digo, es una opinión muy personal.
Del resto de personajes me quedo,
con la tormenta (si se me permite tratarla como a una más), con Charlie y el
padre de Don (un amor de hombre); aunque bien es cierto que todos ellos aportan
su granito de arena para que esta historia sea completa y abrigan, cada uno en
su línea, a nuestros protagonistas.
También diré que me gustó más la
otra novela que leí de esta autora, La
librería del señor Livingstone, pero es que eso fue amor a primera página;
pese a ello, más que recomendada esta historia y, por supuesto, echándole un
ojo a la siguiente de la autora, que ya sé que no me defraudará.
¿Os
animáis a darle una oportunidad? Seguro que no os
decepciona.
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