¡Hola!
¿Qué tal todo? Espero que bien; después de una semana de trabajo fuera de la ciudad vengo con fuerzas renovadas y hoy os
traigo mi humilde opinión sobre una de las lecturas de ocio que acabé hace
relativamente poco, se trata de La librería, de Penelope Fitzgerald, y que fue llevada al cine hace
poquito (finales de 2017 si no me equivoco) de la mano de Isabel Coixet.
Florence
Green vive en un minúsculo pueblo costero de Suffolk que en 1959 está literalmente
apartado del mundo, y que se caracteriza justamente por «lo que no tiene».
Florence decide abrir una pequeña librería, que será la primera del pueblo.
Adquiere así un edificio que lleva años abandonado, comido por la humedad y que
incluso tiene su propio y caprichoso poltergeist. Pero pronto se topará con la
resistencia muda de las fuerzas vivas del pueblo que, de un modo cortés pero
implacable, empezarán a acorralarla. Florence se verá obligada entonces a
contratar como ayudante a una niña de diez años, de hecho la única que no sueña
con sabotear su negocio. Cuando alguien le sugiere que ponga a la venta la
polémica edición de Olympia Press de Lolita de Nabokov, se desencadena en el
pueblo un terremoto sutil pero devastador.
Caí en esta novela porque quería ver la película y al
enterarme de que había historia escrita, preferí seguir este orden; en general
tengo que decir que creo que esperaba otra cosa de esta novela, me duró una
semana y poquito (todo un récord en mi mundo) y al acabarla me sentía
desorientada; pero no desorientada en modo ‘qué leo ahora’, no no, más bien fue
la sensación de que se acabó precipitadamente, de golpe y no estaba preparada
para ello.
Reconozco también que no llegué a conectar con la
protagonista, Florence, aunque, siendo sinceras, con ningún personaje en
general; creo que no llegué a entender del todo el funcionamiento del pueblo en
el que se desarrolla la historia. No sé, me sentí (y me sigo sintiendo ahora
que pasaron unas horas ya) perdida en cuanto a qué me pareció la novela; tengo
claro que no me disgustó, pero tampoco tengo claro cuánto me gustó.
Recomendaría la historia para un par de tardes en las que
quieras leer algo distinto, que no te va a hacer pensar demasiado (no mal),
pero que tampoco es una nimiedad. El ritmo de la novela es bueno, no se hace
pesada en ningún momento, pero creo que el final, que en parte era previsible,
es demasiado precipitado, acaba muy de golpe y creo que es eso lo que no acaba
de convencerme.
Pese a ello, no es una mala novela, simplemente,
diferente. ¿Os suena esta historia? ¿Os animáis a adentraros en el corazón de
Old House? Si es así, ya me contaréis qué os parece.
Hasta la próxima entrada
J
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