miércoles, 16 de julio de 2014

El laboratorio de las almas.

Hola!!

Qué tal os va? Hoy vengo con otra lectura de las típicas que cojo de El Círculo de Lectores, las que considero ‘raras’ o bien por el argumento o bien por la portada. Hoy os presento El laboratorio de las almas de F. R. Tallis.



París, 1872. La medicina es ya una ciencia moderna y lucha por deshacerse de supersticiones. El joven y prometedor doctor Paul Clément, entusiasmado con sus experimentos con el sistema nervioso, utiliza la electricidad para resucitar a pacientes fallecidos. En su ambición por ir más allá y obsesionado por entender la relación entre cuerpo y alma, Clément decide experimentar sobre sí mismo, pero esta decisión le llevará al mismísimo infierno y cambiará su vida para siempre. Medicina, ocultismo, amor imposible y amistad se mezclan en un thriller tan estimulante como sorprendente.




Pues bien, la novela, como veis, promete y así fue, en parte. Me explico: hay una historia de amor por ahí en medio, que no me hizo gracia, aunque bien es cierto que no es lo fundamental y por ello el autor también pasa un poco de puntillas por ella, cosa que agradecí, ya que lo atrayente de este libro, a mi parecer, es todo el tema de los experimentos con el sistema nervioso.

Entonces, dejando de lado los amoríos de Paul Clément, su historia, su afán por saber más sobre el sistema nervioso me pareció fascinante: ya que no hay muchos voluntarios para ello y los que hay acaban muriendo, decide probar consigo mismo; él se convierte en su propio experimento y ello lo lleva como a una especie de mundo espiritual y se trae algo maligno del más allá.

Con esta premisa empieza su misión de librarse de ello, mientras tiene que ayudar a una niña que sufre de lo mismo. A lo largo de las páginas vamos conociendo sus miedos, sus decisiones y sus dilemas acerca de la muerte, de las posesiones, de las decisiones que fue tomando en cuanto a los experimentos y en cuanto a su vida también (recordad que estamos en 1872)… En definitiva, vivimos sus problemas.

Es cierto que en algún momento se me hizo algo densa la lectura, pero después, en las conversaciones que mantiene con su amigo sacerdote y en las luchas que hay contra, digamos, lo maligno, pues compensa, al menos para mí, con creces.

Yo, como siempre, os animo a que leáis estos libros, que son distintos a todos los que son conocidos y hacen pasar buenos momentos, la verdad.


Hasta la próxima entrada   ;)

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