Avances 'calcetiles'.

¡¡Hola!!

¿Qué tal os va? Espero que todo siga bien J

Me paso por aquí hoy para traeros mis últimos avances en materia de calceta. Y es que en un acto de desinterés y valentía me metí a hacer un par de bufandas para dos de mis amigas y, llamadme loca, pero creo que acerté bien con la decisión.

El caso es que esta ‘noticia’ podría contarse en dos líneas y listo, peeero sería muy aburrido y cotidiano, por ello el mundo se puso en mi contra y dijo: ‘Pues no te lo voy a poner fácil’. Pese a ello, no me di por vencida J

Bien, el prototipo fue la bufanda azul, fue mi conejillo de indias y, pese a ello, debo decir que mal no quedó, aunque sí sufrió diversas modificaciones, ires y venires, pero es lo que le pasa siempre a los primeros, son los experimentos xD.

La multicolor fue la segunda (se notó bien ya que en tres días estaba hecha), pero detrás de ella tiene una gran historia, más grande incluso que la primera: esta que véis no era la lana inicial que iba a usar (ya os enseñaré cuál era, porque con ella hice una ‘braga’), era otra más gorda y con colores cálidos pero más apagados. Pues ahí que me pongo yo a calcetar cuando resulta que se me acaba el ovillo; muy bien, son cosas que pasan, me voy a la tienda y cojo más. Ah! Crasso error, porque no les quedaba más, así que le encargué la que quería y dejé mi número de teléfono para que me avisasen cuando estuviese. Realmente sigo esperando a que me llamen, porque después de tres semanas llamé yo, harta ya de esperar:

-Bueno, es que el viajante, que es de mucha confianza, aún no nos dijo nada, así que todavía no la tenemos- me contestaron muy efusivamente.

-Vale, ¿pero la va a traer o no? Porque tengo una prenda empezada y no puedo dejarla a medias…

-Claro, claro. Sí, para la semana que viene está aquí.

Yo, tonta de mí, les creí. Así que a la semana siguiente volví allí para buscar una nueva lana que usar, dando la inicial por perdida; encontré esta otra y la verdad es que yo muy contenta con ella, porque me gusta más que la primera, así que al final mereció la pena que me mareasen con el viajante (que es de mucha confianza, eso sí ¬¬).

En fin, al menos tuve la gran recompensa de las sonrisas de mis amigas, así que todo esto mereció la pena J

Ahora sigo haciendo cosas para medio mundo, tengo una lista, pero voy a tener que poner un bote para donaciones, que si no me acabaré arruinando L

Así que ahora, os dejo, que tengo medio poncho por delante para calcetar J

¡Un bico!